Te perdí, y no supe qué decir.
Suena el teléfono, llega una carta,
se disparan las alarmas, falsas esperanzas,
añoran tu llegada.
Billete de ida, olvidando el camino de regreso,
y yo, sentada, frente a la chimenea,
viendo arder nuestros sueños, sin saber qué hacer,
viendo huir tu recuerdo sin saber qué decir.
Pierdo el control de mi vida,
el corazón ya nunca olvida,
cuanto pude hacer por ti,
y aún así, te perdí.
Y sueño con que vuelves,
me rescatas de esta horrible pesadilla,
de la que ya no sé salir, todo por no saber qué decir.
El frío recorre ahora mi espalda,
y ya, no espero tu llegada,
sólo puedo mentir, vivir o Morir sin ti,
aún así, nunca dejarás de existir en mí.
Pierdo el control de mi vida,
el corazón ya nunca olvida,
cuanto pude hacer por ti,
y aún así, te perdí.
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